Los hábitos de consumo de entretenimiento han sufrido cambios radicales durante los últimos tiempos y esto es algo que no podemos negar. Hace tan solo 10 años parecía bastante lejana una realidad en la que fuera posible ver Los Serrano en el metro, en tu móvil y eligiendo un episodio a placer. Si te habías perdido la movida entre Guille y Teté de la noche anterior, tocaba rezar por que algún conocido tuyo hubiera grabado el capítulo o por tener la suerte de que lo repusieran al día siguiente.
Afortunadamente, esto hace unos años que cambió. La mejora sustancial de las conexiones domésticas a internet y la aparición de portales y servicios de streaming de contenidos como Youtube (2005) o Dailymotion (2005) pusieron la primera piedra en esta pequeña “revolución”, permitiendo al espectador desvincularse de la televisión para el consumo ocasional de entretenimiento.
Pero no fue hasta hace relativamente poco cuando la ruptura total con el modelo analógico se hizo efectiva definitivamente. La aparición de servicios online de ficción y entretenimiento a la carta como el que empezó a ofrecer Netflix en 2013, junto con la normalización del uso de dispositivos móviles inteligentes como smartphones y tablets, confirmaban la llegada de un nuevo paradigma en el entretenimiento a distancia: había que dar la bienvenida a una realidad digital, multipantalla y no-lineal.
Este nuevo contexto desde un primer momento fue bien acogido por la juventud, por millennials que ya hacía años que se habían despegado del plasma del salón de su casa y preferían consumir contenidos por su cuenta, en su habitación o donde les apeteciera.
No tuvo tan buena recepción, sin embargo, por las generaciones anteriores: early-adopters al margen, los mayores de 40 se mostraron inicialmente algo reacios a abandonar sus hábitos de siempre y explorar lo que les ofrecían las nuevas tecnologías. Al fin y al cabo, tampoco eran el target de las compañías.
Han acabado pasando por el aro, no obstante.
Según un informe publicado por MoffettNathanson Research a mediados del año pasado, las personas de edades comprendidas entre 45 y 54 años fueron el grupo demográfico de usuarios de Netflix que más creció de 2014 a 2016. Un 20%, para ser exactos.
Y es que, como pudo conocerse en julio de este año, la plataforma de contenidos online ya ha superado la barrera de los 100 millones de suscriptores activos y se espera que a finales de este año acumule un total de 128 millones de usuarios. Estos, sumados a los 86 millones que se prevé que tenga Amazon Video y a los 33 millones de Hulu (solo disponible en EE. UU), hacen un total de casi 250 millones de usuarios únicos. Una cifra que evidencia que vivimos en la era del streaming, y que esta va para largo.
Por Pablo Viñado Amor.
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